lunes, 23 de noviembre de 2009

Tanteando el terreno.

En la foto,una servidora :)


Hubo un silencio. De repente fué como si todo se parase,como si las personas estuvieran quietas,en stop.Pero las luces seguían brillando,como siempre.

-¿Ir contigo,dices?.

Domino miró a la peliazul fijamente.

-Claro...no tienes a donde ir,¿verdad?...Pues ven conmigo.

-Pero no sabes quién soy,acabas de conocerme.¿Quieres decir por esta noche?.

-Hum...o quizás algo más.No quiero que me malinterpretes,creo en las intuiciones.Puedes venir conmigo,de veras...-Karma sonrió tiernamente.

Domino no dijo una palabra,se agarró de su mano como quien se agarra a un trozo de madera en medio del océano justo antes de hundirse hasta el fondo,y comenzaron a andar.
Tras una media hora,llegaron a una calle pequeña y estrecha,y justo al final,estaba la casa de Karma.La chica abrió la puerta e invitó a Domino a pasar primero.

-Vaya...el suelo es de madera...

-¡Sí!.Me encanta.Puedes descalzarte si quieres.

Domino se quitó los zapatos y con la planta de sus pies pudo comprobar que el suelo estaba caliente,seguramente de la calefacción...o porque esa era la temperatura de un hogar de verdad.

-¿Estás aquí sola?.

-Oh...Sí.Siempre he estado sola,supongo...¿Tienes hambre?.Haré la cena.

-¡Sí!.¿Por qué haces esto por mí?.No tienes por qué hacerlo...-De un salto se sentó en la encimera de la cocina,y miró por la ventana.Miles de luces en un cielo negro...profundo...

-Dije que creía en las intuiciones.O es eso,o mi cabeza y mi corazón,han decidido por mí,el no estar solos nunca más.

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