Hubo un silencio. De repente fué como si todo se parase,como si las personas estuvieran quietas,en stop.Pero las luces seguían brillando,como siempre.
-¿Ir contigo,dices?.
Domino miró a la peliazul fijamente.
-Claro...no tienes a donde ir,¿verdad?...Pues ven conmigo.
-Pero no sabes quién soy,acabas de conocerme.¿Quieres decir por esta noche?.
-Hum...o quizás algo más.No quiero que me malinterpretes,creo en las intuiciones.Puedes venir conmigo,de veras...-Karma sonrió tiernamente.
Domino no dijo una palabra,se agarró de su mano como quien se agarra a un trozo de madera en medio del océano justo antes de hundirse hasta el fondo,y comenzaron a andar.
Tras una media hora,llegaron a una calle pequeña y estrecha,y justo al final,estaba la casa de Karma.La chica abrió la puerta e invitó a Domino a pasar primero.
-Vaya...el suelo es de madera...
-¡Sí!.Me encanta.Puedes descalzarte si quieres.
Domino se quitó los zapatos y con la planta de sus pies pudo comprobar que el suelo estaba caliente,seguramente de la calefacción...o porque esa era la temperatura de un hogar de verdad.
-¿Estás aquí sola?.
-Oh...Sí.Siempre he estado sola,supongo...¿Tienes hambre?.Haré la cena.
-¡Sí!.¿Por qué haces esto por mí?.No tienes por qué hacerlo...-De un salto se sentó en la encimera de la cocina,y miró por la ventana.Miles de luces en un cielo negro...profundo...
-Dije que creía en las intuiciones.O es eso,o mi cabeza y mi corazón,han decidido por mí,el no estar solos nunca más.
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