lunes, 21 de septiembre de 2009

Necesidades.

Escape from the perfect place by Time Traveler © From Deviantart


Abre la ventana y la noche entra sin pedir permiso.
Con su frío estremecedor y el sonido de las hojas de los árboles meciéndose.

Karma se abraza a sí misma mientras mira la calle mojada y se pregunta por qué la vida es así, tan cambiante, que sube y baja, y se agota y nace, como una noche que termina y un nuevo día que comienza...la puerta de la habitación se entreabre y unas patitas pequeñas y mullidas caminan por el entarimado y de un salto aterrizan en la cama...

-Charlotte...¿Qué está ocurriendo últimamente?. Es todo tan extraño.No dejo de tener la sensación de que algo va a ocurrir, algo que cambiará las cosas...

La gata la observa con sus grandes ojos, sin saber qué decir, qué hacer.

Kaleb entra en la habitación con su habitual sigilo. Abraza a la pequeña por detrás y la estrecha con fuerza mientras suspira.

-Las estrellas están cambiando de sitio.

Él, de un salto similar al de su amada felina, se sienta en el alféizar de la ventana y sonríe a la chica mientras balancea las piernas.

-¿Qué quieres decir?.-Pregunta ella.

-Que nuestra vida no será siempre así. Todo nace, vive, muere y renace de nuevo...como una cadena. Todo cambia en cuestión de segundos y los caminos se separan de la misma manera en que se unen...Hoy estamos aquí...pero nadie te asegura que lo estemos mañana...

-¿Qué...insinuas?...¿Me estás intentando decir que algún día nos separaremos?.

-Supongo...supongo que sí. Yo no viviré para siempre y tú necesitas salir de aquí. Vales más de lo que crees...Si encierras un pequeño brote en un tarro de cristal jamás podrá crecer, mucho menos florecer y finalmente, cuando haya vivido lo suficiente...ya sabes...marcharse...

-Háblame claro Sil...

-Verás mi niña...tengo que marcharme...no te diré cuando porque no quiero que me sigas, pero tengo que hacerlo.

A Karma se le llenan los ojos de lágrimas que lucha por no dejar salir.

-Yo no quiero que te vayas nunca Sil, nunca...-Dos lágrimas, una por cada ojo, escapan.

-Ni siquiera sé...qué debería contestarte a eso. Pero tú tienes que vivir, respirar, aprender y crecer y si te quedas conmigo eternamente sólo seré una cadena que te ate a un destino que no es el que debes seguir...

Kaleb desvía la mirada, no soporta verla llorar. Es superior a él.

-Silver...yo te necesito.

Un abrazo corta el aire que,en esos momentos,existía entre los dos.


Y la noche muere,y renace un nuevo día...
En el que él ya no está.

Asfixia.

Asphyxia by Pinkmango77 © From Deviantart


Cierra los ojos.

De repente siente como el agua roza su piel...ya está dentro.
Contiene la respiración y diez imágenes por segundo pasan por su mente.
La calle, la lluvia, el frío, lágrimas...Una voz, unos brazos, calidez...
Sábanas rojas, café, otra vez esa voz...Más lágrimas y al fin una sonrisa.
Nervios, palabras, confianza, más café, maullidos, roces...

El sonido de un cello en el aire.

Nada más...nada más...nada más...


"No puedo respirar"


Karma saca la cabeza del lavabo, intenta coger aire desesperadamente.
Se mira al espejo con los ojos tremendamente abiertos. Está aterrada, la adrenalina corre por sus venas y el pelo mojado cae por su cara. Tirita de frío. A lo lejos, en el pasillo, escucha una voz. Pero mucho antes de que esa voz traspase los límites de la habitación, Charlotte ya ha infringido las normas de la intimidad y está en el suelo, mirándola, interrogante.

-Charlotte...eso significa que...

Y efectivamente,allí está Kaleb,apoyado en el quicio de la puerta observando sus movimientos.

-Tienes que dejar de hacer eso, y lo sabes.-Dice fríamente.

-Lo sé Sil...lo siento...no sé en qué estaba pensando.

-Yo tampoco sé en qué piensas, pero sé que deberías mirar hacia delante en lugar de hacia atrás, y dejar de atormentarte por lo que ya ha pasado...

Karma agacha la cabeza.
Kaleb coge una toalla y se la echa por encima.

-Ya no estás allí, ahora estás aquí, ¿me oyes?. Nada de esto cambiará si tú no quieres. Esta es TU casa, nadie puede sacarte de aquí así como así.

Kaleb levanta la barbilla de la pequeña Karma, el agua resbala por su cara. La mira directamente a los ojos.

-Estoy aquí...sabes que lo estoy.

Lentamente se aleja, da media vuelta, sale del cuarto de baño y se aleja por el pasillo.

Karma se apoya en la pared y se desliza hacia abajo hasta caer al suelo. Charlotte sube a su regazo ronroneando. Ella mira al vacío.


Por el pasillo se extiende el olor a café.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Lágrimas.

Helsinki by Nesentema © From Deviantart.


Hace frío y llueve,y el mundo gira y todo cambia tan rápido.
¿Cómo puede ser?
En un segundo una vida termina y otra empieza.así de sencillo.
Mientras tú cierras los ojos,otros los abren por primera vez...
Y otros los cierran para siempre...



Karma está tumbada.
El cristal de la ventana está empañado y en él se dibujan las gotas de la lluvia.
Un escalofrío recorre su espina dorsal.
Está llorando. Llora como si le hubieran dado cuerda y no pudiese parar.
Pero tiene que hacerlo, Kaleb volverá de un momento a otro y odia verla llorar de esa forma.
Se entristece, se colapsa y nunca sabe qué puede decir en momentos como ese.
Ella quiere guardar esas lágrimas dentro de sí y que no vuelvan a molestar a nadie más que a ella...pero necesita dejarlas salir. Es irremediable.

Llaman a la puerta, seca sus lágrimas con las sábanas e intenta parecer feliz, como siempre.
Sus máscaras suelen funcionar muy bien con los demás. Nunca sabe por qué llora, pero lo hace constantemente, en cada rato libre. Hay un vacío dentro de sí misma que no consigue llenar, una grieta que no puede ni sabe reparar...
Se mira al espejo, todo está correcto. Sale corriendo a abrir la puerta de la entrada.
Allí está Kaleb, calado hasta los huesos, con el violoncello a su lado, le mira perplejo mientras resopla de cansancio.

-Y tú dirás..."¡Oh Silver, pero si te encanta la lluvia...!", y yo te miraré y te soltaré cualquier ironía cruel de las mías...

Karma se echó a reír.
Porque a veces...(casi todas las veces),él era lo único que realmente la hacía feliz.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Ensoñaciones.

Delante del espejo está él,contra su propio reflejo. Pasa el cepillo por cada mechón dispar de su pelo. Se observa en profundidad,más allá de la superficie corriente de metacrilato. Él está examinando su alma en ese espejo. Un maullido le despierta de su ensoñación...

-Oh,Charlotte...

Kaleb Van Dijk tiene 18 años,(o al menos eso aparenta).Y la inteligencia y sabiduría de alguien que hubiera vivido miles y miles...Vive en Helsinki,aunque a veces parece que sea de todas partes a la vez...y que nunca permanezca en el mismo sitio por mucho tiempo. No tiene padres,ni familia,sólo tiene a Charlotte y,desde hace un año y tres meses,a Karma.

-Todas las mañanas te examinas palmo a palmo,¿eh?.

Una vocecita a sus espaldas.Unos brazos le rodean la cintura.

-Me examino para comprobar si he dejado de ser yo mismo.-Dice seriamente.

-¿A dónde vas?

Kaleb se dá la vuelta,la mira a los ojos y le toca la punta de la nariz con el dedo.

-¿Tú que crees?.

Cuando él sale de la habitación, ella todavía sigue paralizada en el mismo sitio. Siempre consigue dejarla anonadada con sus encantos. Tiene que darse prisa. Corre hacia la puerta de entrada y allí está Kaleb. Poniéndose su tres cuartos negro y cogiendo su violoncello. Karma le observa como la niña que quiere despedir a su padre cuando se va a trabajar. Fuera está nevando. Sabe que a él le encanta. Él se da media vuelta y sonríe.

-Nos veremos en unas horas.

-Claro que sí...¡que te vaya bien hoy, Sil!-Deja escapar sus palabras como si quisiera que se fueran con él.

Es lo único que tiene.


Kaleb (o Silver), encontró a Karma en la calle una madrugada hacía un año y tres meses, tirada en la nieve. Apenas sabía si tenía familia, simplemente la cargó en sus hombros y se la llevó a casa. Cuando ella despertó se vió envuelta en sábanas rojas y notó un fuerte olor a café de vainilla en el ambiente. Un chico con el pelo negro alborotado le explicó donde estaba. Nadie sabe cómo, ella decidió no volver a estar sola nunca más...

-A Silver le encanta el café de vainilla, tocar el violoncello, escribir, hacer aros de humo mientras piensa, la nieve, Helsinki, los grupos de música extraños, el frío, los impulsos...

Karma sonreía dulcemente con los ojos cerrados proyectando una imagen de él en su cabeza, cuando Charlotte rozó sus piernas maullando...


-Y tú también Charlotte, tu también...

Black Polaroid.

Rainy day in Helsinki by Tang-yi © From Deviantart


-Eh...eh pequeña...

Karma se revolvió entre las sábanas mientras murmuraba "un poco más..."

-Eh Karma, Karma...es hora de desayunar...

Ella abrió los ojos,se destapó y la luz empezó a filtrarse por sus retinas... Miércoles por la mañana. A Karma le gustaban los miércoles.El frío de comienzos de Otoño entraba por su ventana y le llegó también un fuerte olor a tierra mojada.Había estado lloviendo.Cuando empezó a tener conciencia de dónde se encontraba,vió que había alguien sentado en la cama.Era él.

-Buenos días Sil...¿qué tal has dormido?...

Kaleb (o Silver, como ella solía llamarle) sonrió.Era el típico chico extraño,reservado.Alto,estilizado.Parecía que fuera a romperse en mil pedazos con cada uno de sus movimientos.Tenía una larga melena negra azabache que rozaba su cintura.Un mechón de pelo revuelto caía al lado derecho de su cara,tan fina...Con esa media sonrisa dibujada en sus labios.

-Bueno,me acosté a las cinco de la mañana.No podía dormir así que estuve escribiendo.

-¿Escribiendo qué?.-Preguntó Karma.

-Es...un secreto....-Kaleb sonrió.Vamos a desayunar anda.

Llegaron a la cocina,se sentaron a la mesa y Kaleb le sirvió un café a Karma. La miraba fijamente. La mirada de ella estaba puesta sobre la ventana. Llovía débilmente. Le encantaba,pero la entristecía mucho. De repente algo le rozó las piernas.

-¡Charlotte!

La gata negra de Kaleb. Llevaba unos años con él,la había encontrado en la calle. Era muy celosa de cualquiera que pudiera acercarse a él, pero al parecer con Karma había hecho una excepción. Se subió a su regazo de un salto.

-¿Vas a salir hoy?-Preguntó él.

-No lo sé...había pensado salir a hacer unas fotos,pero no estoy muy segura.Creo que va a pasar algo...algo extraño.

-Últimamente todo es muy extraño...

En la radio empezó a sonar Dead Souls de Nine Inch Nails. Kaleb subió la música...le encantaba esa canción.

-No has cambiado nada desde la primera vez que nos vimos...-Dijo ella.

-No cambiaré nunca...o eso espero.

El chico empezó a reír,y una de las ventanas se abrió estrepitósamente,dejando entrar la lluvia.

Prólogo.Dentro de la pecera.

Ella sólo quería desaparecer.

Todas las personas quieren vivir,y ella sentía haber vivido demasiado.Demasiado.Era justamente eso.
Estaba tan llena de alegría como de pena...tan llena de satisfacción como llena de dolor y desgracia.
Y no daba para más.Perdida,sin rumbo,todo era monótono,como siempre.
Ella y su pecera,su maldita pecera.
Sabía como salir,pero algo la estaba atando.
Y aún así,aquello ya no importaba.
Porque sencillamente,nada importaba ya.
Nadar para seguir ahogándose.
Dormir para seguir muriendo.
Vivir en la inconsciencia que causa el sueño profundo.
"No puedo más".

Subida a una silla con una cuerda en la mano,se preparó a decir adiós para siempre.
Ató la cuerda a una de las ramas de las plantas de plástico que había dentro de la pecera.Aquellos absurdos objetos que ponía la gente dentro de esos recipientes para que los seres que vivían dentro se sintieran "como en casa"...

"Yo no estoy en casa".
Rodeó su cuello con la cuerda y se dispuso a terminar con todo.Un pie fuera de la silla...tres...dos...uno...
Maldita sea...Agua.
Todo el mundo flota.Incluso ella.
"No puedo salir de aquí,es imposible".
Quiso echarse a llorar pero no pudo,tampoco podía gritar.
Se veía ridícula en tal sitio,flotando colgada de una cuerda.En esa absurda postura,se dió cuenta de que tenía a alguien a sus espaldas.Y ahí estaba él...mirándola.Nada sorprendido por lo que acababa de presenciar.Él que todo lo sabía y lo intuía.Ella se desató la soga del cuello,y se hundió hasta el fondo de la pecera,de rodillas,cayendo delante de él,que la miraba anhelante.

-"Yo..."

-"Me necesitas para salir de aquí..."

miércoles, 16 de septiembre de 2009

La Pecera II

-Creo que es hora de que nos vayamos...-Dijo el primer pez.
El otro pez asintió.

-¿No tienes miedo de lo que no conoces?.
El primer pez agachó la cabeza mirando al vacío.

-Realmente no,simplemente sé que necesito salir,necesito sentir algo diferente a esto.

-¿Acaso crees que si salimos de esto podríamos llegar a ser "normales" alguna vez?.
El primer pez le miró decidido.

-Eso nunca.-Contestó sonriente.

Se acercaron a la puerta cojeando con sus patitas recién formadas, y el primer pez, que iba delante, se asomó con sigilo. Lo que vió al otro lado no lo pudo comprender, pues toda la noción del mundo de los humanos y los dioses la había adquirido en la pequeña habitación.

Vió una especie de patio con enredaderas, una suerte de solar en el que desembocaban muchas puertas desvencijadas, un cuervo salió volando desde una mesa destrozada que había en una esquina. Todo estaba cubierto de un fino polvo, y era lo que menos esperaba haberse encontrado al otro lado del mundo que conocía tan bien. Empezó a pensar que el lujo, la soberbia y el infantilismo de la pareja que dormían y discutían en la cama frente a su pecera (como si ellos no pudieran oírlos) eran como fantasmas, o quizás actores contratados para inculcarles una idea falsa del mundo.

Porque allí no se veía un alma, sólo desolación y un calor irritante...

y diecisiete puertas...

-Sé lo que estás pensando.-Dijo el pez número dos.-El mundo en el que nosotros hemos vivido hasta ahora,no era más que un pequeño e insignificante retazo de todo lo que nos queda por ver...Estas puertas nos llevan al resto.

El primer pez tenía la mirada perdida en las puertas.

-Sí,así es.Ellos creen que tenemos tan sólo 3 segundos de memoria,pero estamos aquí,después de todo.

Se miraron fijamente.

-Y bien...¿por dónde vamos?

La Pecera

-¿Quién necesita a tantos? ni siquiera son capaces de entender por qué siguen vivos y tenemos que aguantar los gritos-dijo mosqueado el primer pez.

-Quizás estén aquí para que aprendamos de ellos:de los errores de los demás y de sus sentimientos.A veces estar en una pecera es tan frío...

-Esto da poco margen a que el que cometa el error sea yo, estoy medio atrapado-dijo el primer pez-así que podríamos probar a interiorizar la pecera y salir por ahí a equivocarnos y adquirir pequeños sufrimientos y alguna diminuta alegría.


El otro pez asintió con la cabeza.


-Así que-prosiguió el primer pez- debemos dividir el agua y bebérnosla, y luego romper el cristal, dividirlo y tragárnoslo.


-Nunca sabrás qué parte de este agua es la mía y que parte es la tuya. Tampoco se puede dividir con exactitud-repuso el otro pez.

-Pues uno se sale y el otro empieza a beber hasta recibir la señal del otro cuando aproximadamente haya llegado a la mitad.

Y así lo hicieron, y luego empujaron la descomunal pecera de cristal al borde de la mesita de noche y cayó al suelo en un estruendo terrible, fragmentándose mil veces.

Ellos se lanzaron al suelo por el otro lado y comenzaron a coger las astillas y pedazos de cristal y a mascarlos y a llenarse la boca de sangre. Ninguno de los dos gritó, porque las cuerdas vocales era ahora cuando empezaban a desarrollarse, al mismo tiempo que una suerte de miembros y algunas características que les permitian sobrevivir y funcionar fuera del agua. Podrían pasar desapercibidos...con suerte.

La puerta de la habitación estaba entreabierta.