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| Nota de la autora: ¡Para que os quejéis! Os traigo a Sil más guapo que nunca ;) |
Kaleb miró a Domino sorprendido.
Ella sabía quién era, pero él no la recordaba en absoluto.
-...¿Cuándo?.-Titubeó.
-Hace mucho, mucho tiempo. Cuando yo aún tenía hogar. Tu estabas en aquel concierto, cantando para todo el mundo. Y te querían, ¿recuerdas?...Pero desapareciste. Muchos preguntaron qué fué de tí, por qué ya no estabas en ese grupo famoso, pero nadie supo nada.
Karma miró a Kaleb con un gesto entre la pena y el asombro. Sabía cómo era. Sabía el miedo que tenía a dejar las cosas mal hechas, por eso prefería dejarlas sin terminar. Siempre hacía lo mismo. Cuando todo parecía consolidarse, él salía corriendo. Porque a partir de un punto puede ser maravilloso, o puede acabar terriblemente mal.
-Está bien...tienes razón, me has descubierto.-Trató de no perder la sonrisa.
-¿Por qué estás aquí entonces? ¡La gente te quiere y te echa de menos!
-Precisamente estoy aquí porque esos solamente son gente...y yo no quiero ser algo que se pueda etiquetar. No quiero que tengan fotos mías, que me graben, que me idealicen. Yo no quiero ser de la gente. Yo quiero estar con las personas que me importan....-Miró de reojo a Karma.-Y eso está aquí...
-...Domino, ve a por comida china.-Karma ni siquiera la miró.
-¿Ahora? ¡Pero si estábamos en la parte más interesante de la conversación!
-Ahora.
-Está bien...Ya me voy.-Domino salió de casa dando un pequeño portazo de disgusto.
Kaleb se acercó a la ventana intentando evitar la mirada de su eterna niña de azul.
-¿Qué fué de tí, Silver?...-Dijo ella mirándolo fijamente.
-Nada...no podía seguir allí. Entre toda la multitud que me miraba esperando algo, algo de un tipo que no era yo, sino una foto en una carátula de un cd perdido en una tienda de música...
-Pero he visto que llevas a cuestas esa guitarra, no conocía esa faceta tuya. Sin embargo te conozco como chelista desde siempre, y aún lo llevas contigo...no has podido dejarlo...
-Nunca se puede. Como todo lo que se ama realmente. Por mucho que intentes alejarte, dejarlo, olvidarlo...¿Acaso no lo extrañarías a pesar de todo?...-La miró.
-Como yo te he echado de menos a tí...
-Ha sido mutuo...
-Quizás...pero yo nunca he podido dejar de quererte.
