Esa mañana,Karma estaba subida en la encimera de la cocina mirando por la ventana,balanceando las piernas mientras tomaba su café.
En cambio,Domino,sentada a la mesa,no hacía más que crear remolinos en el suyo,dándole vueltas en la cuchara.
-Están patinando en tu cabeza.-Dijo Karma,sin tan siquiera mirarla.
-¿Cómo?
-Las preocupaciones.No hacen más que patinar en tu cabeza y chocarse las unas contra las otras.
Domino miró al suelo.Tenía razón.En su silencio no hacía más que darle mil y una vueltas a un asunto que la mataba por dentro.
-¿Tú crees que soy una inútil?...¿Crees que todo lo hago mal?.
Karma la miró desde sus alturas fijamente.Sentada en la encimera,con ojos de gato.
-Aún es pronto para que te conteste.Pero si quieres que te sea sincera...lo dudo mucho,pelirroja.No te veo inútil,ni por asomo,creo que tienes mucho que ofrecer.
-Sí,pero las personas que más me conocen dicen lo contrario.
-Quizás no te conocían por dentro...sino por fuera...y eso no cuenta.Quizás ellos nunca se detuvieron a escuchar tus alegrías,tus penas,o tus preocupaciones e ilusiones.Personas así no pueden definirte y mucho menos menospreciarte,no saben cuanto vales...
Domino sonrió.
-¿Sabes? Creo que deberías olvidar esas malas palabras.Piensa en lo bueno,por una vez.Sé que hay poco por lo que alegrarse,pero si al menos hay algo,detalles,fíjate en ellos y valóralos.
-Tú siempre piensas de esa forma.¿Eres feliz así?.
-¿Tú me ves infeliz?...
El final, simplemente es (L)
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